La patética caída del FMI

Enrique Goldfarb

Los que estamos algunos años en el mercado, nos damos cuenta que esta institución ha pasado de ser cuco e inobjetable gurú , a un espécimen que da risa. Con la sola excepción por supuesto, de Chile y los cada vez menos países que necesitan de sus servicios.
Como han primado desde hace tiempo las recetas de estabilidad monetaria y financiera , los países han equilibrado sus cuentas, y ya “casi” no se necesita. Por esa razón, se dedican con especial ahínco a vaticinar, con lo que pretende ser certeza científica, el devenir económico mundial.
No es de extrañar entonces, que gustosamente hayan venido dos altos ejecutivos del mismo a una especie de seminario sobre los escenarios de riesgo económico del mundo, que auspició el Banco Central de Chile. Como no hay diablo sin infierno, el Fondo necesita a Chile como ejemplo de aplicación de recetas extremas de estabilidad y crecimiento, que en el caso nuestro se están convirtiendo rápidamente en recetas de deflación y estancamiento económico.
Como metáfora de la situación del Fondo, citaré tres dichos, extractados de la prensa, de esa reunión.
El primero, es una afirmación bastante “aclaratoria” de un representante de esa institución : “si bien los mercados esperan una reducción en la tasa de interés de la FED , no hay que descartar un alza de la misma por presiones inflacionarias”. La segunda : “ las proyecciones de precio del cobre para los próximos cuatro años, van desde US $ 2,27 la libra a US $ 0,90 la libra”. Es decir, la bola de cristal del Fondo nos dice que mañana, con toda seguridad , o estaremos vivos o estaremos muertos.
La última , es la frase apodíctica de un representante: “ lo que importa no es la equidad en la distribución del ingreso sino la equidad en las oportunidades”. Como la equidad de los ingresos es una medida objetiva, fácilmente calculable, en tanto que la equidad en las oportunidades está sujeta a interpretaciones que pueden llegar a ser bastante subjetivas y antojadizas, el organismo nos deja el mensaje subliminal de seguir aplicando rigurosamente en Chile, las medidas que le son tan queridas, aunque ellas vayan dejando la escoba social. Ello, para que no se les pierda el único infierno que les va quedando como ejemplo.